Autora de la imagen de Nuestra Señora de la Soledad y de la Cruz (1960), donde se representa el tema del Stabat Mater, la Virgen llorosa al pie de la Cruz. Poco más es lo que se sabe de esta escultora, que nació en la provincia de Toledo y no tiene ninguna otra escultura conocida.
La Imaginería procesional conquense es eminentemente contemporánea. Esto es así porque durante la Guerra Civil se destruyó prácticamente todo lo que había, permaneciendo tan sólo alguna figura aislada, como el ángel del Paso del Huerto del Jueves Santo, obra de Luis Marco Pérez (1926), que actualmente forma parte de la Semana Santa de San Clemente, o la talla de San Juan que pertenecía al antiguo paso del descendimiento, y que ahora recibe culto en la iglesia de San esteban, en la capilla en la que también está el paso actual de la misma advocación; se trata de una talla que ya no desfila en Semana Santa.
La única imagen del periodo prebélico que todavía participa en los desfiles procesionales de la capital de la provincia es el Cristo de Marfil, pequeña talla realizada en este material noble por algún autor anónimo del siglo XVI, y antigua imagen titular de la hermandad del Cristo de la Agonía desde que fuera regalada a la misma en 1730 por Juan Cerdán de Landa, miembro de una de las familias nobiliarias y ganaderas de Cuenca.
A esta pequeña imagen se vino a añadir en 1985 el Cristo de la Vera Cruz, paso titular de la hermandad del mismo nombre, recientemente creada, también de autor anónimo, pero esta vez del siglo XVIII. El resto de los pasos, como se ha dicho, han sido realizados todos después de 1939. Para establecer una tipología de los mismos es preciso dividirlos en dos fases claramente diferenciadas:
La gran personalidad de este artista conquense, así como el gran número de obras realizadas para la Semana Santa de Cuenca, le han convertido en el verdadero escultor de la misma. Ganador de diversos premios en las exposiciones nacionales celebradas en la década de los años treinta, inició en aquella época su colaboración para la Semana Santa, con el ángel ya mencionado para el Paso del Huerto, y otras composiciones de grandes dimensiones, hoy perdidas, como el Descendido y la Santa Cena.
Terminada la guerra, se multiplicó para realizar en la década de los años cincuenta y sesenta múltiples pasos procesionales: Jesús Entrando en Jerusalén (1949), San Juan Bautista (1942), Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli (1951), Jesús Orando en el Huerto, del Miércoles Santo (1941-1953), Beso de Judas (1942), San Pedro Apóstol (1946-1948), Nuestra Señora de la Amargura con San Juan Apóstol (1942), Cristo de las Misericordias (1942), Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna (1940-1957), Santo Ecce-Homo (1948), Nuestra Señora de la Soledad, del Puente (1941), Nuestro Padre Jesús Nazareno, del Salvador (1941-1945), Jesús Caído y la Verónica (1945), San Juan Evangelista (1941), La Exaltación (1951), Cristo de los Espejos (1943), El Descendimiento (1945), Nuestra Señora de las Angustias (1942) y Cristo Yacente (1943).
Ha realizado también algunos pasos procesionales para otros puntos de España, y entre ellos, para Ciudad Real y para Elche (Alicante). La ciudad está salpicada en algunos de sus espacios por diferentes monumentos civiles del escultor de Fuentelespino.
Otras imágenes que han sido atribuidas a José Rabasa: María Magdalena, la Virgen del Amparo y, aunque no se trata de una imagen procesional, la Virgen de las Angustias que se halla en su ermita y recibe culto sobre todo, el Viernes de Dolores y el Viernes Santo.
A este respecto hay que decir que José Rabasa no era en realidad escultor, sino marchante de diferentes escultores que, además, les obligaba a que no firmaran sus obras para que pasaran como suya; es por este motivo por lo que tiene diseminado por muchas ciudades de la geografía nazarena multitud de pasos que en realidad no son obra suya.
Por lo que al caso conquense se refiere, tan sólo se sabe que María Magdalena fue realizada por un escultor apellidado Navarro, y la talla de la Virgen del amparo debió ser realizada por un imaginero de la escuela murciana, por la influencia que se aprecia de las Dolorosas de tipo salzillesco. En cuanto a la imagen de la Virgen de las Angustias, algunos autores apuntas sobre la posible autoría del escultor valenciano Antonio Galarza, autor de otros pasos procesionales para la semana santa de Orihuela o de Huelva, entre otras procesiones de importancia; de este imaginero se sabe que trabajo en la década de los años cuarenta para Rabasa.
De este escultor conquense, nacido en Pajaroncillo, son las imágenes siguientes: Virgen de la Esperanza (1951), La Verónica, del Jueves Santo (1966-1967), La Lanzada (1954), Nuestro Señor Jesucristo Resucitado (1953). Algunas obras suyas se hallan en colecciones particulares de Gran Bretaña, Estados Unidos y Cuba, así como en el Museo de Arte Moderno de Barcelona.
También tiene algunas esculturas civiles en la ciudad de cuenca, como la Moza del cántaro, en la plaza de San Nicolás, el relieve de Alfonso VIII, a la entrada del hotel homónimo, y en cuanto a tallas de carácter religioso, es autor de la imagen de San José Obrero que se venera en la iglesia parroquial del mismo nombre, y la de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, en piedra, ubicada en un nicho al pie del monumento al Corazón de Jesús, en el Cerro del Socorro.
Perteneciente a una familia destacada de escultores llega hasta el siglo XIX, Federico Coullaut-Valera es importante escultor de obras civiles, como el Ángel de Madrid o los monumentos que hay en el parque del Retiro de la propia capital madrileña, o el dedicado a Cervantes en la Plaza de España (además de otros muchos realizados en otros puntos de España y en el extranjero), y de obras religiosas, como el Sagrado Corazón de Jesús que preside el Monte Urgull, en San Sebastián.
Entre estos destacan los pasos procesionales, realizados para Murcia, Cartagena, Orihuela, Almería,... Para la Semana Santa de Cuenca ha realizado los pasos siguientes: Santísimo Ecce-Homo de San Miguel (1941), Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto, de San Antón (1967), Nuestro Padre Jesús con la Caña (1948), Nuestra Señora de la Soledad, de San Agustín (1947) y el Cristo de la Agonía (1946).
Descendiente de una familia de escultores afincados en la ciudad del Turia desde el siglo XVII, su obra se caracteriza por una síntesis de medios expresivos, del clasicismo y de la modernidad. Ha realizado importantes aportaciones a la hermandad marraja de Cartagena. Para Cuenca, es autor de Nuestro Padre Jesús Nazareno, del Puente (1941).
Realizó en 1945 la Cruz Desnuda, único paso de carácter alegórico de los que desfilan en la Semana Santa de Cuenca, en el que sobre unas andas que representan el Monte Calvario, aparece la Cruz, vacía y desnuda, sobre la que se apoyan dos escaleras, y las insignias de la Pasión, la lanza con el hisopo y la esponja, así como la calavera bajo la propia Cruz.
Autora de la imagen de Nuestra Señora de la Soledad y de la Cruz (1960), donde se representa el tema del Stabat Mater, la Virgen llorosa al pie de la Cruz. Poco más es lo que se sabe de esta escultora, que nació en la provincia de Toledo y no tiene ninguna otra escultura conocida.
Es autor de la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, incorporada a la procesión del Domingo de Ramos en 1990, aunque realizada en realidad muchos años antes, y conservada desde entonces hasta su traslado a Cuenca en el pueblo de Priego (Cuenca).
Uno de los nombres más insignes de la imaginería actual, ha realizado numerosos pasos para diversas procesiones andaluzas, así como la composición de la Santa Cena para la Semana Santa de Cáceres. Para Cuenca estrenó en el año 2000 la imagen del Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo, que vino a sustituir a otra del escultor conquense Vicente Marín.
Catedrático de Modelado del Natural en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos, de Valencia, desde 1947, y de Escultura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, desde 1981. Miembro desde 1963 de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. Es autor para la Semana Santa de Cuenca de la Santa Cena (1985).
Es el último de los imagineros autóctonos que se han incorporado a la Semana Santa de Cuenca. Es autor, además del ya citado Bautismo de Nuestro Señor, retirado de las calles conquenses, de los pasos siguientes: La Negación de San Pedro (1997), El Encuentro de Jesús y la Virgen camino del Calvario (1987) y Cristo Descendido (1988).
Otro de los grandes maestros de la imaginería contemporánea, sus obras recuerdan a las de su ilustre paisano del siglo XVIII, Francisco Salzillo, aunque están dotados de más altas dosis de naturalidad clasicista. Ha realizado importantes obras de carácter religioso tanto para España como para el extranjero (Estados Unidos, Guatemala), y pasos procesionales para diferentes procesiones, como las de Valladolid, Zaragoza, Murcia o Callosa de Segura (Alicante). Para Cuenca incorporó en 1997 su paso del Auxilio.
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