La Junta de Cofradías se dirige a todos, participantes y visitantes, con una serie de consideraciones de necesario cumplimiento si queremos que estos días se celebren con armonía entre la conocida hospitalidad de esta tierra, y el respeto que, para nosotros los conquenses supone esta celebración.
Debido a las aglomeraciones que se vienen sucediendo año tras año dentro de la iglesia de El Salvador y que tuvo su punto más álgido en la madrugada del Viernes Santo del año pasado al verse suspendida la procesión, y el peligro que entrañaría tener que proceder a una rápida evacuación del templo, la propia Parroquia y las hermandades participantes en la procesión Camino del Calvario hemos determinado, para este año, establecer un acceso escalonado al templo, por la sacristía, para todos aquellos nazarenos que quieran participar en el desfile procesional acompañando a las sagradas imágenes:
ES IMPORTANTE QUE TODOS CUMPLAMOS ESTE PROTOCOLO DE ACCESO
(Serán los miembros de las juntas de diputación los que informarán del momento oportuno
en el que los nazarenos de cada hermandad puedan acceder a la iglesia).
Tanto en los puntos de costumbre (Almudí y las Escuelas), como en “La Esperancilla”, existirá personal de seguridad que controle el acceso.
Al finalizar la procesión, todos los participantes en la misma accederán a la iglesia de la forma más ágil posible, aprovechando el cordón de seguridad que se habilitará al efecto. Una vez en el templo, permaneceremos en éste el menor tiempo posible, saliendo siempre por la sacristía.
Tu única seña de identidad, en procesión, es el capuz bajado.
El desfile procesional empieza y termina para todos en un punto concreto. No abandones las filas si no es por una cuestión grave.
La fila hay que guardarla rigurosamente de uno en uno. Sólo en caso de que la hermandad lo disponga, podrá duplicarse o mostrar otra formación; en tal caso debes ser especialmente cuidadoso con tu silencio.
Los niños cofrades van detrás del guión. Sus familiares no deben colocarse, de paisano, en las filas de los nazarenos, ni como segunda fila ante el público. En toda hermandad hay hermanos mayores al cuidado exclusivo de los más pequeños.
El honor de ser bancero va unido al respeto por el paso.
Los nazarenos siempre tratan con exquisito respeto al que sabe contemplar su desfile en silencio.
La procesión es un acto cívico religioso que no admite interrupción por parte de los espectadores; aunque los huecos entre las hermandades pudieran permitirlo, no cruce por medio. Busque salida tras los espectadores. Si la necesidad fuese extrema, cualquier nazareno le pondrá en contacto con el hermano mayor más cercano responsable del orden procesional.
La calle, desde el principio de la procesión, es del nazareno. No dificulte el acceso al desfile, ni impida su desarrollo.
En el desarrollo de los desfiles procesionales existen zonas donde se producen aglomeraciones, por lo que podrá sufrir las incomodidades propias de ello. Extreme el cuidado en caso de ir acompañado de niños o personas de avanzada edad.
Los conquenses siempre hemos sido hospitalarios con quien, de buen fin, viene a nuestra casa y comparte nuestras tradiciones. Pero por eso mismo, exigimos, desde el principio, el mismo respeto con el que nos gusta tratar al visitante.
A todas aquellas actividades comerciales que se encuentren en el trayecto de los desfiles, rogamos suspendan sus actividades durante la procesión y, si les es posible, reduzcan la iluminación, colaborando con el recogimiento necesario.
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