Nuestra Señora de La Soledad (de San Agustín)
Nuestra Señora de La Soledad (de San Agustín)
Venerable Hermandad de

Nuestra Señora de La Soledad (de San Agustín)

  • Representante en la Junta de Cofradías

    Jesús Albendea Benito

  • Contacto

    soledadsanagustin@juntacofradiascuenca.es

  • Hábito

    El hábito procesional de la Hermandad está formado por: túnica morada, capuz negro con el escudo de la Hermandad prendido a la altura del pecho, cordón blanco con borlas moradas anudado al lado izquierdo, rosario anudado a los cordones que colgará del lado derecho, guantes blancos, zapatos y calcetines negros.
  • Escudo

    El escudo representativo de la Hermandad adopta la forma de un óvalo terminado en punta, bordado su contorno con cordón negro; en el campo, sobre un fondo de raso blanco, resalta un corazón, de forma casi simétrica, flamígero, atravesado por una daga de derecha a izquierda y coronado por una cruz que porta un corona de espinas entrelazada en los brazos.

  • Imaginero

    Nuestra Señora de la Soledad: Federico Coullaut-Valera Mendigutía, 1947
    El Encuentro de Jesús y la Virgen Camino del Calvario: Vicente Marín Morte, 1987
  • Historia

    La Venerable Hermandad Nuestra Señora de la Soledad de San Agustín fue fundada por el gremio de herreros y cerrajeros. Las primeras constituciones datan del 3 de abril de 1.768; no obstante, fechada en 1.675, se conserva el documento fundacional de la Hermandad de Nuestra Señora de Loreto en la que se ve de manera clara la relación de dependencia respecto del Cabildo de San Nicolás de Tolentino de la que sería antecesora de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, llamada de San Agustín para diferenciarla de las otras dos : las Vírgenes del Puente y del Santo Sepulcro, y como homenaje a su origen en el Convento de San Agustín. Pocos son los datos que se tienen de la Hermandad a partir de ese momento pero algunos destacan por su trascendencia:

     

    En 1.814 se inician una serie de traslados de la imagen titular que culminarían en 1.835 con la llegada a la que sería su ubicación definitiva en su Capilla actual y que fue propiedad de D. Julián y D. Juan Angel Tenorio, en la Iglesia Parroquial de El Salvador de la diócesis de Cuenca, en la primera capilla del lado del Evangelio.

     

    El 17 de abril de 1.870 se acordó que para la procesión de Viernes Santo de 1.871 “…lleven todos los hermanos túnica morada…”.

     

    El 10 de abril de 1.892 se acordó “…que se llevase la música en la procesión por cuenta de esta Hermandad y de la de S. Juan, siempre que no exceda el gasto de 15 pesetas…”.

     

    El 10 de abril de 1.898 se acordó “… que la Junta Ordinaria de Pascua de Resurrección se traslade al Domingo de Cuasimodo…”.

     

    El 20 de mayo de 1.898 en reunión de la Junta de Diputación, se acordó, por mayoría, que las túnicas y capuces siguieran igual: moradas las primeras y negros los segundos.

     

    En 1.936, debido a la Guerra Civil, la Hermandad se disuelve. Se pierden los archivos y los libros de actas, quedando únicamente un Libro de Cuentas de 1.921 a 1.948; asimismo desaparecieron la Sagrada Imagen, las andas y cuanto existía en la Capilla de la iglesia de El Salvador; sólo se conservaron el manto y las coronas, guardados por la Camarera Dª Herminia Pardo, y los fondos y cera conservados por el Depositario D. Gervasio García y por D. Lorenzo Torrero, Nuncio – Cobrador de la Hermandad en aquella época.

     

    En 1.939, una vez terminada la Guerra Civil, comenzó la reorganización de la Hermandad, que culmina en 1.940 con la participación en la reconstruida Semana Santa con una Dolorosa donada por D. Emilio Sáiz. En 1.941 sale en procesión una nueva imagen donada por D. Félix Sáiz mientras se encarga al escultor D. Pío Mollar la realización de una imagen de la Virgen que desfilaría hasta el 4 de abril de 1.947, día en que desfiló por primera vez la actual imagen obra de D. Federico Coullaut Valera.

     

    Los años 1.957 y 1.958 son muy importantes para la Hermandad; desde ese momento la imagen titular desfila bajo palio vestida con el manto que bordó Dª Encarnación Román. No menos importante resulta la fecha del 17 de abril de 1.966, la Junta General de la Hermandad acuerda que el hermano D. Antonio Aguilar Galdrán “Pataco” porte el guión, a perpetuidad. La imagen del popular “Pataco”, con boina, a cara descubierta, es hoy un icono de la Hermandad, que ha tenido continuidad en el tiempo con los hermanos D. Carlos Javier Alvaro Chirveches y, en la actualidad, con D. Carlos Lozano López.

     

    En 1.971 se aprobó el proyecto de D. Nemesio Pérez del Moral para la realización de un retablo en la capilla de la imagen titular, que sería llevado a cabo en 1.974 y quedaría finalizado en 1.975, al ser dorado por D. Santiago Lara Molina.

     

    En 1.986 se acordó confeccionar un nuevo paso “El Encuentro de Jesús con su madre camino de El Calvario”, basado en la IV estación del Vía Crucis y que, obra del escultor D. Vicente Marín Monte, desfilaría en 1.987 sobre andas realizadas por los Hermanos Pérez del Moral. Con la incorporación de este nuevo paso, nace la idea de contar con un lugar para el culto de las nuevas imágenes y desde el que se inicie el desfile procesional, en lugar de hacerlo desde la Iglesia de San Andrés; ese año de 1.987 se decidió acometer la restauración de la Ermita de la Esperanza según proyecto de D. Daniel León Irujo, finalizando las obras en el año 1.992; desde esa fecha, el paso de “El Encuentro” inicia su desfile en la Procesión “Camino del Calvario” desde la capilla de la “Esperancilla”, como se conoce popularmente a esta ermita.  

  • Culto

    Cada año la Hermandad celebra los siguientes Actos de Culto:

     1. La semana del cuarto domingo de Cuaresma se celebran las charlas cuaresmales que concluyen con actos de devoción y respeto a sus imágenes: “besapie” de la imagen de Cristo del paso de El Encuentro de Jesús con su Madre Camino del Calvario (viernes) y besamanos en honor de la imagen titular (sábado).

    2.  El tercer domingo de septiembre, para conmemorar los Dolores Gloriosos de la Santísima Virgen, se celebra la Función en honor de Nuestra Señora de la Soledad y "El Encuentro de Nuestra Madre con Jesús Camino del Calvario" precedida con la celebración de un Triduo; al día siguiente de la Función se celebra una Misa de Réquiem en sufragio de las almas de todos los hermanos fallecidos.

     

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