Miguel Hidalgo Muñoz
santasmarias@juntacofradiascuenca.es
Túnica blanca, capuz negro, cordones y madroños amarillos, guantes y zapatos negros.
Sobre un óvalo negro, un corazón dorado atravesado por siete puñales, debajo de este el anagrama Ave María en oro y plata.
En 1956 la Diócesis de Cuenca insta a la hermandad de la Cruz Desnuda a organizar la Procesión de Penitencia del Sábado Santo, la cual desfila hasta 1964 con una versión reducida de su imagen titular. Este cortejo que reunía a cientos de personas, mayoritariamente mujeres, en un recorrido que atravesaba la Hoz del Huécar pasando por las Casas Colgadas hasta la Catedral, y que contó en alguna ocasión con el acompañamiento de la Dolorosa de Pedro de Mena. Hasta finales del siglo pasado se van sucediendo los intentos de llenar este día de la pasión, y en especial la celebración de la Vigilia Pascual, la más importante de la liturgia cristiana.
Fue en 2009 cuando un grupo de jóvenes vertebran una corriente surgida de las redes sociales para recuperar el espíritu de aquella procesión, con dos objetivos fundamentales: completar el calendario nazareno y participar en la Vigilia Pascual. Lo hacen recuperando la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, acompañada por María Magdalena y María Salomé, presentes en la muerte de Cristo y que hallaron el sepulcro vacío. En 2016 la Hermandad se erige canónicamente y es en 2017 donde entra oficialmente en el seno de la Junta de Cofradías.
La Hermandad desfila por primera vez el Sábado Santo de 2018, en la procesión del Duelo.
Función a Nuestra Señora de los Dolores en el día de su fiesta (15 de septiembre).
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