En un puchero se ponen a hervir cinco puñados de garbanzos. Cuando están a medio cocer se le echan un puñado de acelgas o espinacas, cinco patatas cortadas esquinadas y un sofrito de tomate, cebolla menuda y un poco de sal.
Como complemento antes de servirlo se le ponen unos rellenos, que deben dar un hervor con todo ello.Estos rellenos se hacen a base de un sofrito de bacalao desmenuzado y cebolla muy fina, adicionándole a esto unos huevos batidos con un poco de harina para que formen una pasta blanda. Se van cogiendo porciones de esta pasta con una cucharada y se fríen en aceite abundante y fuerte.Además de servir de complemento del potaje, se pueden tomar como segundo plato.Es comida clásica de Semana Santa.
En un puchero se ponen a hervir cinco puñados de garbanzos. Cuando están a medio cocer se le echan un puñado de acelgas o espinacas, cinco patatas cortadas esquinadas y un sofrito de tomate, cebolla menuda y un poco de sal.
Como complemento antes de servirlo se le ponen unos rellenos, que deben dar un hervor con todo ello.Estos rellenos se hacen a base de un sofrito de bacalao desmenuzado y cebolla muy fina, adicionándole a esto unos huevos batidos con un poco de harina para que formen una pasta blanda. Se van cogiendo porciones de esta pasta con una cucharada y se fríen en aceite abundante y fuerte.Además de servir de complemento del potaje, se pueden tomar como segundo plato.Es comida clásica de Semana Santa.
Se parte el pan en rodajas de un par de centímetros de espesor y se introducen en una almíbar hecho de la siguiente manera: tres partes de agua, una de vino y el azúcar necesario con un poquito de canela en polvo. Una vez fuera del almíbar se rebozan en huevo batido y se fríen en abundante aceite a buen fuego hasta dejarlas bien doradas. Una vez fritas se vuelven a bañar en el almíbar sobrante.
Miel, Pan rallado muy fino, almendras o nueces, cuatro gotas de esencia de naranja y obleas redondas de veinte centímetros de diámetro.
Se pone al fuego la miel y se le va añadiendo el pan rallado, las nueces o almendras y la esencia de naranja, que se pone al final para evitar la evaporación. Se mezcla todo bien y se deja cocer un poco moviéndolo constantemente para que no se queme.
Una vez apartado del fuego, se va colocando sobre la oblea la cantidad necesaria para hacer la torta y después se pone otra oblea encima. Al final debe quedar con un grueso aproximado de dos centímetros en el centro y muy fino en los bordes, de forma que las obleas se junten en éstos.
Cocer en agua cáscaras de naranja y limones, canela, anís y café.
Luego se tuesta azúcar a punto de caramelo y se mezcla con el resto y una vez enfriada la Mezcla, se echa aguardiente. Se deja macerar durante 10 días, luego se saca todo y el líquido se embotella.
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