Ermita conquense situada en un bello paraje extramuros de la parte alta, donde se venera la imagen de la Virgen, patrona de la diócesis, bajo esta advocación. Es costumbre del pueblo y de los nazarenos conquenses visitarla el Viernes Santo por la noche, tras la procesión del Entierro, o durante todo el día, para “darle el pésame”; de igual manera ocurre el Viernes de Dolores.
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